Cortando mayo en la lluvia
camina sobre la acera
el ruido es más que agua pesada,
nadie sabe qué es el corazón sin tiempo
pero ella entiende cómo se mueve
igual que una balanza de almendras,
se moja los zapatos, la ropa, documentos,
esquiva personas como enemigos,
al fondo quisiera ver sus ojos
convertidos en pétalos de cerezo,
pero a los lejos está la fuente
con su pétreo minero al cielo,
el paraguas es un edificio endeble
que tan sólo le protege el pelo,
y llega a la puerta azul
invadida de números sin remedio
y al instante que no es tiempo
todo el pasado más estrecho
le aprieta el pecho y el sueño,
ella está inmóvil de presente
las luces giran
como sonido de polillas frías,
y alguien que le resulta ajeno
muere con el pulso
como un cromo de juego,
sabe que llegó el día, año, momento,
el pensamiento exacto de aquel futuro
en que sabía que sin sus besos
para nada sirve que llueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario