domingo, 26 de junio de 2011

Viceversas de los perdidos, fotografía de Rafael Cruz y poema de Marta Antonia Sampedro

Mañana sobrarán las palabras
y una tormenta de lágrimas
vendrán a tu puerta de noche
sin ser llamadas
y ahogarán tu pasado quieto
como si antes
-palabra desconocida-
no hubieses llorado
incluso por cosas y por causas,

Recordarás que tu tiempo
entre dudas y letargos
fue más tiempo tuyo que mío
sin recordar que existes porque existo
-y viceversas de los perdidos-
que los gestos con instantes
son un tiempo sin valor ya
un tiempo no percibido
como lluvia sobre secano,



 Tu tiempo irreal conmigo
que sustituye mi tiempo cierto
verás que fue sin recuerdo
y en qué lugar
encontrarás un lazo
que te sujete el llanto
cuando no puedas contarme
entre tus signos nacidos,

Mañana sobrarán manos
y faltarán días
y palabras sin sentido
llenarán las bocas
pero ningún diccionario te dirá
en qué parte eres parte mía
se perdonarán errores catalogados
en los vocablos austeros
y tus dedos no romperán
las hojas –ya secas- que repases
y las yemas –ojalá- no te acumulen a gritos
el pentagrama de los párpados ciegos,

Hay en todo esto hijo mío
un tiempo que se va
y un tiempo que ha de llegar
mas los dos tiempos son perdidos
lamentables en refugio fugaces
como la nieve cubre la hierba
pero adentro hierve el núcleo
donde nadie olvida lo vivido,

Aún no sabes calcular
cuánto de segundos sobrarán mañana
y sin embargo ahora es necesario
uno que diga somos o seguimos siendo,
mañana todo será perdido
igual que la memoria
de estos versos sin futuro
que doblegan a presente
estos silenciosos escritos.

domingo, 12 de junio de 2011

Una piensa en el hombre César, poema de Marta Antonia Sampedro y fotografía de Rafael Cruz

Como Vallejo
expresara
hay veces en la vida
yo no sé
que una piensa el mundo seguirá loco
el mundo no ve de nuevo el pasado
la sangre de los pueblos tirada
como pelo de perros
el mundo ese barco perdido
lleno de interrogantes intensas
el mundo cómo puede ser
y un pinchazo como la espina de un rosal
revive las historias de los demás
de los acobardados
 a fuerza de hambre...
pobres solos desamparados
que acarrean su agua diaria entre las arenas
mientras los que roban llenan sus bañeras
de perfumes extranjeros hasta de agua extranjera,
se mira el mundo arrinconado como una planta seca
de la que nadie espera más que la suerte ronde
y ni siquiera se piensa en la posibilidad de su no existencia
el mundo que rueda a más velocidad que naciera
el mundo que permanece bajo las humedades
de los insectos y las pobrezas
el mundo donde Vallejo inclinara su tristeza
como quien espera que todo sea mentira
y escribe incansable cartas a la verdad extrema
cuando la certeza es el hambre
y la caída de los barros invernales
te entierran las sencillas esperanzas
de nada sirven la escuela ni las pizarras
donde los niños aprenden
a leer la falsa historia de los pueblos
y a devorar un mendrugo como sea
entre mentira y mentira juegan sus ideas
y en las tizas se desarman a la noche
mientras sueñan que mejor no sueñan
y una piensa en el mundo pequeño
de las uralitas y las gallinas vivas sobre las mesas
y un día que todo cambia y lo comprueba
como el terremoto que no avisara
porque ya los gritos del pueblo
levantan en el Pacífico las velas
de todos los que no tienen miedo
una piensa en el hombre César
y brinda porque luchó a destiempo
con sus melancólicos poemas
y sus recuerdos en las cuestas
siempre pensando en los que mueren
sin que al menos los llamara la muerte
tocando en sus pobres puertas
entonces una ve claramente
que el mundo pequeño es de todos
incluso del poeta.