Mañana sobrarán las palabras
y una tormenta de lágrimas
vendrán a tu puerta de noche
sin ser llamadas
y ahogarán tu pasado quieto
como si antes
-palabra desconocida-
no hubieses llorado
incluso por cosas y por causas,
Recordarás que tu tiempo
entre dudas y letargos
fue más tiempo tuyo que mío
sin recordar que existes porque existo
-y viceversas de los perdidos-
que los gestos con instantes
son un tiempo sin valor ya
un tiempo no percibido
como lluvia sobre secano,
que sustituye mi tiempo cierto
verás que fue sin recuerdo
y en qué lugar
encontrarás un lazo
que te sujete el llanto
cuando no puedas contarme
entre tus signos nacidos,
Mañana sobrarán manos
y faltarán días
y palabras sin sentido
llenarán las bocas
pero ningún diccionario te dirá
en qué parte eres parte mía
se perdonarán errores catalogados
en los vocablos austeros
y tus dedos no romperán
las hojas –ya secas- que repases
y las yemas –ojalá- no te acumulen a gritos
el pentagrama de los párpados ciegos,
Hay en todo esto hijo mío
un tiempo que se va
y un tiempo que ha de llegar
mas los dos tiempos son perdidos
lamentables en refugio fugaces
como la nieve cubre la hierba
pero adentro hierve el núcleo
donde nadie olvida lo vivido,
Aún no sabes calcular
cuánto de segundos sobrarán mañana
y sin embargo ahora es necesario
uno que diga somos o seguimos siendo,
mañana todo será perdido
igual que la memoria
de estos versos sin futuro
que doblegan a presente
estos silenciosos escritos.
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