domingo, 18 de julio de 2010

Higuera de casa nueva, fotografía de Rafael Cruz y poema de Marta Antonia Sampedro

Ayer lloraba la higuera
herida por dos sierras,

treinta pájaros bebían sus lágrimas
y de testigos las salamandras
espantadas de temor
corrían por las paredes blancas,

Dejadme vivir, rogaba,
sesenta años pasaron
por mis raíces maternas,
vi dolor vi risa vi llanto vi amor,
no me apartes de tu vida
quiero ver tu dolor tu risa tu llanto tu amor,

la primera raíz tan lejos llega al río
y a esta tierra agua y nubes me acunaron
cuando tú ni habías nacido,
dónde quedarán mis moribundas penas
fluyendo en sangre de pozo oscuro y cemento
quiero ver tu dolor tu risa tu llanto tu amor,
dónde queda la palabra árbol...,

seré tu vigía
tu sombra
seré tu persona...,
seré a quien sueñes
cuando también tengas penas,

el aire olía a savia
y una nube se paró en el tejado
cuando los llantos de la higuera
se escuchaban por los patios,

Dejadme vivir,
dejadme vivir tranquila
con mis pájaros,

cesaron las sierras
porque lloró el corazón,
y entre sus hojas muertas
crujían sus troncos bajo el sol
mientras los pájaros bebían lágrimas.

lunes, 12 de julio de 2010

La estrella de Goliat, fotografía de Rafael Cruz y poema de Marta Antonia Sampedro

Reunidos un par de rebaños
sobre pastos mullidos
me dicen no fumes
obedece la ley de humanos
en vez de no cantes salmos
no controlados,

tienen blancos los trajes
y negras las corbatas
me dicen descansa más
en vez de no vivas tanto,

lucen palabra de dios
y sílabas amarradas
me dicen no te agotes
en vez de no escribas versos
no importunes a los todopoderosos
verás, te hundiremos a saco,
te advertimos orando,

todos se aman demasiado
y se miran de reojo
por si acaso caín anda disfrazado
refuerzan su onda de acero,
me dicen baila tus huesos
en vez de no defiendas a los ateos,

celebran la vida eterna
anticipadamente anunciada
me dicen vive tranquila
en vez de estás condenada,

señalan de mi frente de poeta
la estrella rebelde de Goliat
me dicen solitaria amarga
en vez de feminista libertaria,

se pasan caldos calientes,
bodegas enteras frías
me dicen que beba es gratis
en vez de embriágate
como nosotros los elegidos,

y sigo mirando atenta
sus trajes blancos inmaculados
con un cigarrillo en la mano,

cantando rimas prohibidas
por dirigentes de mentiras,

descansando al vivir la hierba,
extasiada de escribir risa y lamento
apartada de sus desconciertos,

bailo sin ellos y pienso
qué tranquila y condenada me siento,
alabados sean los versos ateos,
solitaria por gracia y decidida,

aunque no ebria
del vino por sangre
en la comunión
de nadie tan perdido
que necesite culparme
de sus delitos tibios.

Mientras tanto,
Dios ya se ha ido
hace bastante rato.

sábado, 3 de julio de 2010

Queda lejano el cielo, fotografía de Rafael Cruz y poema de Marta Antonia Sampedro


Te has tomado días libres
para visitar el mar sin mí
y sin las posesiones de las sílabas
las metas que siempre avanzan
dejándonos caer en la desgana
comprobando nombres en los barcos,

que pasees la resurrección de tus deseos
sobre los picos de las olas
y mis ojos no veas escribiéndote no voy,

la arena se filtre en tus pasos y los tiempos
borrando que existo tras el mar que te cubre
en cada recuerdo de risas y dolor
y el faro de todos los puertos indique vuelos
de aves y desiertos que no queremos ver,

mires alguna posibilidad de no ser yo
esa lejana que escribe barbaridades,

y tus ojos agrandados por respuestas y palabras
del arco más próximo a tus manos
sirva de camino a la cercana flecha de amar.

Yo también me tomo mis días libres,
repaso las hojas de olvidos y encinas
escucho ecos que no hay quien calle
recorro caminos nuevos que visité
hace unos mil quinientos siglos
configurando la confesión de no estar ya,

observo el sol que cae como dios crucificado
mostrando la espalda a aquel mundo puritano
que otro año las aves recitan vuelos
y desde tierra las aviso queda lejano el cielo,

después me dices no he podido verte,
después te digo no puedo ir mañana lo sé,

y en los días extasiados de no encontrarnos
regresamos a las mismas sílabas
sabiéndolas esta isla de desiertos.