Ayer lloraba la higuera
herida por dos sierras,
treinta pájaros bebían sus lágrimas
y de testigos las salamandras
espantadas de temor
corrían por las paredes blancas,
Dejadme vivir, rogaba,
sesenta años pasaron
por mis raíces maternas,
vi dolor vi risa vi llanto vi amor,
no me apartes de tu vida
quiero ver tu dolor tu risa tu llanto tu amor,
la primera raíz tan lejos llega al río
y a esta tierra agua y nubes me acunaron
cuando tú ni habías nacido,
dónde quedarán mis moribundas penas
fluyendo en sangre de pozo oscuro y cemento
quiero ver tu dolor tu risa tu llanto tu amor,
dónde queda la palabra árbol...,
seré tu vigía
tu sombra
seré tu persona...,
seré a quien sueñes
cuando también tengas penas,
el aire olía a savia
y una nube se paró en el tejado
cuando los llantos de la higuera
se escuchaban por los patios,
Dejadme vivir,
dejadme vivir tranquila
con mis pájaros,
cesaron las sierras
porque lloró el corazón,
y entre sus hojas muertas
crujían sus troncos bajo el sol
mientras los pájaros bebían lágrimas.
Cuando la vida se mira de frente, se escucha y sueña con flor amarilla. Cuando el color es un recuerdo y el verso una esperanza, ¿dónde queda el Poema? ¿Dónde la imagen que nos trae la Palabra? Porque todos los sueños tienen su lugar, existe el Arte.
domingo, 18 de julio de 2010
Higuera de casa nueva, fotografía de Rafael Cruz y poema de Marta Antonia Sampedro
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