jueves, 5 de agosto de 2010

Otro cuento, fotografía de Rafael Cruz y poema de Marta Antonia Sampedro

Creemos otro cuento, hija.

Un cuento, donde la princesa
sujete su corona con horquillas,
no tenga el don de la belleza
porque sea más fea
que cualquier fea vasalla.
Con tules de seda barra
las escaleras de palacio,
y las criadas libres tengan
los días,
porque van a la escuela.

Otro cuento,
donde los cocodrilos
no tengan interés
en devorar campesinos
y a raya tengan
a los cazadores de avaricias.

Uno, donde la madre,
doble el cuello
al ogro devorador de ilusiones,
y el padre dotes borde
para enseñarlas a los vecinos,
maravillados
de sus dedos de hilo.

Un nuevo cuento, hija.

Donde las estrellas guíen,
náufragos que de reinos crueles
y del hambre huyen.
Los convertiremos
en morenos luceros
que en los toboganes rían
con los calamares,
y escribir al fin sepan,
sin más carga
que su tinta azulada.

Que Jonás baile con la ballena,
las músicas más bellas
que las caracolas
al nacer ya saben,
indicadas por las olas.

Cenicienta prefiera sus alpargatas,
a un zapato que todas han calzado.
Su asno Platero elija por padrino,
en vez de carrozas doradas
que no entienden de deseos.

Blancanieves despierte por sí sola
del coma de la estupidez,
dejando a todos boquiabiertos
en inglés, francés,
español, griego,
por la universidad de la libertad.

Que Dumbo nazca en su casa,
la selva,
y para los hombres
sus colmillos sean relámpagos,
que al tocarlos estallen duplicados,
contra ellos.

Otro cuento.

Y nos dormiremos pensando,
otra noche más,
que al abrir las páginas
de los sueños,
otros cuentos velan
aquello que creemos
tan cierto.

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