sábado, 3 de octubre de 2009

Sombra quebrada, de Marta Antonia Sampedro y fotografía de Rafael Cruz


Sé que puedo quererte menos.
Recoger tu sombra ida
y enterrarla en mi desierto.
Que la asalten lagartijas,
zorros, águilas;
que al pasar la rocen
vencejos viejos entregados al camino
con los ojos cerrados,
caídos, abiertos.

Quererte menos viendo las nubes
gris cemento seco echado a los besos,
los cielos plateados, naranjas las sendas
de aviones quietos,
muertos los rugidos de la razón.

Si me propongo en serio
serme sincera de una vez,
la vez que siempre dejo
para un después que temo,
y echarte al mar la sombra
que me persigue en el aliento,
llamándote a escondidas,
callando que no quiero...

Quererte menos,
echar por los suelos
ese juramento ateo
de ser amantes siempre,
jamás intuidos a fuego
dos árboles que se arriman,
en la noche buscan hueco
donde borrar los sentidos,
a brochazos decidir
ese querernos menos.

Ay, qué amor amargo
por sincero me taló mujer,
ave de recuerdo, acera sin paseo
en este silencio de cuerpo,
donde el pensamiento dicta
qué será de mí,
sino quebrada sombra tuya
cuando emprenda decidida
ese quererte menos.

Del “Cuaderno de Marta Antonia”, “Cuadernos de Penélope”.

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