Hay una Navidad
que siempre está en crisis:
La Navidad del explotado,
la Navidad del hambriento,
la Navidad de los cautivos.
La Navidad de los seres compraventa.
Sus Nochebuenas son cadenas
de bombillas que jamás revientan
y los deslumbran de indigencias.
Tras sus esperanzas perdidas se quiebran
en aguas agrias y desolados desiertos
por la señal insistente de las miserias.
Hay un deseo eterno
entre ideas y más ideas
de quien lucha por todas las Nochebuenas:
Buena voluntad para con los hombres,
ese ángel anunciador tan inocente;
pero ellas y ellos protestan y agregan:
De buena voluntad... sin etiquetas.
Desde Los Andes a las selvas,
en las callejuelas de los mundos
clasificados por rentas y sus crestas,
donde las criaturas yacen en gritos
en mercancías de la maldad
que pocos frenan ni en Nochebuena.
La Navidad que está en milenaria crisis,
la que se esconde en las cuentas
de las injusticias y las globalizaciones,
esa es la Navidad que preside
tantas y tantas caídas mesas...
Nació Jesucristo en un pesebre,
es por todos conocido
que es lugar para bestias.
Pero no fue el único que naciera pobre,
suerte tuvo de criarse con dignidad de hombre.
¿Quién luchó antes de nacer Cristo?
Para que su Nochebuena
también fuese de crisis...,
aunque no sus ideas.
¿Quién lucha después de Cristo,
para que las noches sean para todos buenas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario