domingo, 22 de noviembre de 2009

Viaje nocturno, de Marta Antonia Sampedro y fotografía de Rafael Cruz


Si tú me esperases al final
de este viaje nocturno…
Si al quedar quietos estos vaivenes
de comida ensamblada,
hierro, luz, ruido,
ánimas mirando qué noche avanza
abocada al desnudo de olivos…

Si supiera, amor de mis adentros,
que al caer mi maleta
en este andén vencido de llamarte,
y a recogerme en pedazos
mi corazón convertido
en inservible calendario,
asomes con tu pelo trigo
para llenarnos la sonrisa
que ayer formamos…

Y esas manos tuyas
encallecidas de miedos
liberasen la contraseña de ayer,
y dijéramos “qué tal el viaje”,
sabiendo que las luces tenues
no son estrellas caídas,
sino noche que termina,
relojes en la meta,
y fin de un trayecto
que aplazado espera…

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