Querida hija
la vida no es un invento
ni una manzana que golpea
una bombilla incandescente
ingeniería técnica
o genética,
la vida nos aprieta
es calzado ajustado
camisa de fuerza
corbata que ahoga
desierto sin oasis
barco sin velas
luceros que se alejan,
los días aparecen
de sorpresa en sorpresa
y sin amor somos piedra
o arena pisada
perros salvajes
o algodón renegrido
a tientas.
La vida es un recuerdo
que aún no ha nacido
ni quiere nacer
por sí mismo
y se enfrenta
con nosotros
jugando con los tiempos
nuevos o perdidos,
la vida es fuerza
molde de ilusión
persona fugaz
espacio para ella,
y a veces se desaloja
por derribo
ante la advertencia
de elegir muerto o vivo
y hacemos lo sentido.
En las hojas caídas
se aprende de la vida,
es de humanos comprobar
adónde se van
los esfuerzos de ventiscas
el curso de los ríos vacíos,
nunca se atina
o se desacierta,
la vida no tiene color
y no precisa retoques,
solamente empuje
intuida señal de veleta,
pasión o dolor que expresa
alguna ventaja puntual
que ha de tener
ser nada excepcional
y una vez se muera.
Parecerá mentira
la verdad,
ésta quimera
pero no importa,
somos cometas sueltas,
nubes de estaciones,
guerreras intrépidas
o soldados rebeldes
desnudas de ideas,
en sus magias desmedidas
la vida es misterio
pensamiento y acción,
opciones de ternuras
y a veces nada más
que instantes secretos
de las alas benditas,
sirva este adelanto
mientras ves
mi soliloquio de fantasmas,
que los poetas somos
rompecabezas o sombras,
alguien que perdiera la razón
la cinta métrica
y se empeñe en pesar el mar
valorar la frialdad
de los polos opuestos,
diseñamos amores
en vez de obligarnos a ser
vuelos sedientos
sin horizontes,
y así dormimos a solas,
cálidamente solos,
al amparo del cartón completado
a desmedidas sílabas
con puntos y final
casi siempre momentáneos.
la vida no es un invento
ni una manzana que golpea
una bombilla incandescente
ingeniería técnica
o genética,
la vida nos aprieta
es calzado ajustado
camisa de fuerza
corbata que ahoga
desierto sin oasis
barco sin velas
luceros que se alejan,
los días aparecen
de sorpresa en sorpresa
y sin amor somos piedra
o arena pisada
perros salvajes
o algodón renegrido
a tientas.
La vida es un recuerdo
que aún no ha nacido
ni quiere nacer
por sí mismo
y se enfrenta
con nosotros
jugando con los tiempos
nuevos o perdidos,
la vida es fuerza
molde de ilusión
persona fugaz
espacio para ella,
y a veces se desaloja
por derribo
ante la advertencia
de elegir muerto o vivo
y hacemos lo sentido.
En las hojas caídas
se aprende de la vida,
es de humanos comprobar
adónde se van
los esfuerzos de ventiscas
el curso de los ríos vacíos,
nunca se atina
o se desacierta,
la vida no tiene color
y no precisa retoques,
solamente empuje
intuida señal de veleta,
pasión o dolor que expresa
alguna ventaja puntual
que ha de tener
ser nada excepcional
y una vez se muera.
Parecerá mentira
la verdad,
ésta quimera
pero no importa,
somos cometas sueltas,
nubes de estaciones,
guerreras intrépidas
o soldados rebeldes
desnudas de ideas,
en sus magias desmedidas
la vida es misterio
pensamiento y acción,
opciones de ternuras
y a veces nada más
que instantes secretos
de las alas benditas,
sirva este adelanto
mientras ves
mi soliloquio de fantasmas,
que los poetas somos
rompecabezas o sombras,
alguien que perdiera la razón
la cinta métrica
y se empeñe en pesar el mar
valorar la frialdad
de los polos opuestos,
diseñamos amores
en vez de obligarnos a ser
vuelos sedientos
sin horizontes,
y así dormimos a solas,
cálidamente solos,
al amparo del cartón completado
a desmedidas sílabas
con puntos y final
casi siempre momentáneos.
De la obra de la autora, "Recuerdos y otros inventos".
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