
Y me dijo Dios:
¿De cuántas cosas te arrepientes?
Contesté:
De todas.
Él se extrañó
-también Dios se extraña a veces-:
-De todas no puede ser,
algunas has hecho buenas-.
Yo no me extrañé
-también los poetas a veces no se extrañan-:
-De esas también me arrepiento-.
Y me envió al infierno
con esta sentencia:
-Entonces las buenas
no eran verdad-.
Yo le contesté:
-Sí, en principio.
Pero no importaban-.
Y él siguió extrañado.
Yo, no tanto.
De la obra de la autora, "Reverso calamitas".
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