viernes, 22 de mayo de 2009

Qué quedó de mí en las plazas, de Marta Antonia Sampedro y fotografía de Rafael Cruz


La tristeza me formó estatua de piedra,
estatua en las plazas,
estatua en las calles,
estatua esculpida a golpes,
estatua que se sabe humana.

Qué quedó de mí en las plazas,
cuando las palomas echan suspiros
de su alegría de mañana
sobre mi cuerpo de estatua,
y las veo volar con mis ojos de piedra
y se alejan bajo la lluvia lenta.

Adónde irán tan veloces
las nuevas palomas
dejándome sus plumas rotas,
en qué lugar las esperan
maíz soleado, trigales, yerbas
y sembrados verdes y tiernos.

Como estatua las espero
en las plazas y en las calles,
para darles sus plumas rotas
y ellas me cuentan qué sienten
tras las puertas de las piedras.

Luego, en la tarde,
me voy a casa a paso de estatua,
para dormirme siendo humana
entre mis plumas solitarias.


De la obra de la autora, "Reverso calamitas”.

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