Todos los poetas tenemos un plan be
que jamás diríamos ni bajo tortura
ni al terapeuta experto que nos trata
a los de mucha confianza que nos ven cosas raras
menos aún al devoto que va de listo y juzga
el plan be se acerca al fuego
igual que un hierro acostumbrado al tórrido sol
y cuando llega a quemarse conoce el destino
alguna vez fuimos madera resignados a la quema
luego forjados en la continua tormenta
sin tiempo ni a despejar ideas y resolverlas
un ir y venir de culpas propias y ajenas
las comemos y bebemos incluso en ayunas
y las digerimos en los sueños y nos despiertan
el plan be se va construyendo muy a solas
finalmente es la esperada respuesta
a la que sin prisas te dejan
ellos pacientes esperan la presa
si claudicas en arrepentirte de ser poeta
se te abre un mundo de salidas pero necias
la alternativa C de caer cayó calló mágica gramática
y se piensa en aquello de morir en pie
o con las rodillas de llagas llenas
el plan be incluye pedir perdón por ser poeta
mujer que nació con la manía de escribir
y se ha de perdonar a los ladrones de sentimientos
que nos dejaron el alma medio muerta
es difícil que alguien detecte el plan de b de los poetas
no se le confiesan a juez ni al vecino del tercero
y así una sigue estando libre de toda sospecha
aunque algunos saben de qué hablamos los poetas
y a quiénes señalamos y nos callamos y nos callan
ellos saben que nos dejaron al filo de las cumbres
y mientras veíamos el paisaje nos empujaron al aire
como si al ser poeta naciésemos con alas verdaderas
un poeta es humano y también militante de la evidencia
resistir a vivir en este paraje de letras y de miserias
pero nunca nos dejan vivir ni amor nos entregan
por si acaso nos acostumbramos a que nos quieran
y así pacientemente en una cocción lenta
los poetas vamos haciéndonos la idea
del plan B que nos espera.
(C) Marta Antonia Sampedro Frutos (2023)
(C) Fotografía de Rafael Cruz (Colima, México 2023)